Las reacciones metabólicas se dividen en dos grandes tipos: el catabolismo, que son todas las reacciones en las que un compuesto es degradado y el anabolismo, cuyo propósito es sintetizar moléculas. El catabolismo parte de moléculas complejas y produce compuestos sencillos, el anabolismo se inicia con estructuras sencillas y termina con moléculas complejas. Figuras 7.1 y 7.2.
Una molécula compleja tiene un grado elevado de orden y por lo tanto contiene un nivel alto de energía potencial, que se libera cuando el compuesto es degradado en substancias más sencillas, durante la ocurrencia de las reacciones catabólicas. El catabolismo es exergónico. Los productos resultantes del catabolismo son más estables que los compuestos que les dieron origen. En contraste, las moléculas complejas, obtenidas durante el anabolismo, tienen más energía que los compuestos que les dieron origen, por lo que el anabolismo no puede ocurrir sin una fuente de energía, o sea que el catabolismo es endergónico y por lo tanto los productos que se obtienen durante el anabolismo son más inestables que los que les dieron origen. De hecho, las reacciones catabólicas son las que proporcionan la energía necesaria para que ocurra el anabolismo, es decir, la biosíntesis. Figura 7.3.