Paso del agua a través de las membranas biológicas

Anteriormente mencionamos que el agua puede atravesar las membranas de los seres vivos, pero, ¿cómo pueden pasar libremente las moléculas de agua la fase hidrofóbica de los fosfolípidos, si ésta tiende a rechazarlos?                                         Se tiene que dar una explicación a esto, de lo contrario, el modelo se derrumba.

 

El problema es de magnitud de fuerzas: dos polos del mismo signo, de un imán, se repelen, pero si se les aplica una fuerza mayor que la de repulsión, es posible mantenerlos unidos. Pasa algo parecido con las moléculas de agua al atravesar una membrana.

 

Si en el lado externo de la membrana, hay un potencial hídrico mayor que en el lado interno, existe una fuerza que impulsa a las moléculas de agua a pasar del lado externo al interno. Sin embargo, hay una fuerza, contraria a la anterior, generada por las colas hidrofóbicas de los fosfolípidos que repele las moléculas de agua que intentan atravesar la membrana. En estas condiciones, las moléculas de agua se desplazan en la dirección de la fuerza que sea mayor: si la fuerza que tiende a hacer pasar a las moléculas de agua es mayor que la que les impide pasar, estas atravesarán la membrana. (Figura 2.16). Lo contrario también es verdadero (Figura 2.17).

 

Para que el agua pueda desplazarse a uno u otro lado de la membrana, es indispensable que existan valores diferentes de potencial hídrico en los compartimentos separados por una membrana; el agua fluye de la región con más potencial hídrico hacia la que tiene un valor menor. Una forma de disminuir el potencial hídrico de un lado, con respecto a otro, es mediante la acumulación de un soluto; si se aplica presión en un compartimento su potencial hídrico aumenta con respecto al otro lado.