Un automóvil cuyo motor está fabricado para consumir gasolina, no puede utilizar otro tipo de combustible. Por ejemplo, no se podría mover con gas butano o con energía luminosa. Pues la estructura del motor está configurada para transformar la energía química de la gasolina en energía cinética. Todos los aparatos que utilizamos transforman un tipo de energía en otro, por ejemplo, una grabadora transforma energía eléctrica en energía sonora, y una celda fotoeléctrica convierte energía luminosa en energía eléctrica, etc.
A cualquier tipo de sistema que transforma un tipo de energía en otro se le llama transductor (Fig. 1.12).

Fig. 1.12 Representación esquemática de un transductor. (Figura elaborada por el autor).
Un transductor se alimenta con un tipo específico de energía (energía de entrada), generalmente no sustituible por otra, luego, en su interior, ocurre la transformación de la energía de entrada en otro tipo de energía que abandona el sistema (energía de salida).
Ningún transductor funciona con el ciento por ciento de eficiencia; es decir, la energía de entrada no se transforma totalmente en la energía de salida. Una parte de la energía de entrada se convierte en calor, tal y como está establecido por la segunda ley de la termodinámica.
Los seres vivos no pueden utilizar directamente la energía que reciben de su medio ambiente, requieren de transductores específicos para convertir la energía de entrada en los diferentes tipos de energía que puedan ser utilizados por sus maquinarias.