Un vehículo en movimiento adquiere la energía cinética que lo impulsa de la energía calorífica liberada al quemarse la gasolina; el calor así producido expande un gas en las recámaras de los pistones, de tal manera que la energía calorífica producida se almacena como energía química, que es un tipo especial de energía potencial. La energía cinética que tiene el vehículo, cuando éste comienza a detenerse, se transforma en energía calorífica, misma que se disipa en el ambiente. La energía almacenada en la gasolina, en última instancia, proviene de la energía luminosa del sol, que en algún tiempo fue atrapada por las plantas fotosintéticas. Siguiendo esta cadena, la energía luminosa del sol surgió de los procesos de fusión que ocurren en él, mediante los cuales los átomos de hidrógeno, como consecuencia de la gran fuerza gravitacional, son obligados a unirse formando átomos de Helio, liberándose en este proceso grandes cantidades de energía.
En los procesos que se describen en el párrafo anterior se puede observar que una serie de eventos están energéticamente encadenados unos con otros, y que las transformaciones de un tipo de energía en otro, son la causa de que un automóvil se encuentre en movimiento. En cada uno de los procesos analizados no ha habido ni ganancia ni pérdida de energía, ésta sólo se ha transformado.
Ahora se puede mencionar un principio general conocido como la primera ley de la Termodinámica: la energía total del universo es constante. Esta ley no tiene restricciones en cuanto a la conversión de un tipo de energía en otro. El que una cantidad x de energía se convierta totalmente en otras dos formas de energía w y z, es permisible de acuerdo con esta ley. Lo único que se debe de satisfacer es que la cantidad total de energía producida: w + z sea igual a x. En otras palabras: no se puede crear ni destruir energía.